ASI SON LAS FARC

ENTREVISTA CON FERNANDO CAYCEDO

(MIEMBRO DE LA COMISION NACIONAL DE RELACIONES POLÍTICAS.-FARC-EP)

Hace calor en el mediodía del Caquetá. El sol y la tranquilidad de la zona de despeje hacen difícil imaginar el horror que habitó la zona durante casi medio siglo. Fernando habla despacio, pide permiso para despojarse de su guerrera y de la gorra militar ante el calor reinante y, acunado por el sonido de los pájaros y el estruendo de la selva, empieza a desgranar palabras y argumentos. Su seguridad convence, impresiona. Jorge Eliecer Gaitán, mítico líder del Partido Liberal asesinado como tantos otros por levantarse contra la impunidad del sistema colombiano, clama justicia dibujado en su camiseta. Su lucha sigue viva. Las FARC han recogido el testigo de la historia.

 

Historia del nacimiento de las FARC

Las FARC surgen en 1964, a raíz de la invasión por parte del Ejército, con asesoría de los norteamericanos, de una región llamada Marquetalia, al Sur del Departamento del Tolima, municipio de Planadas.

¿Qué había allí antes de la invasión? Durante la amnistía de Rojas Pinilla, en 1957, el movimiento guerrillero de esa época, eminentemente liberal, se desmovilizó. Pero parte de ese movimiento (una parte muy pequeña) no entregó las armas y, junto a otra parte del movimiento, organizada por el Partido Comunista, confluye en esa zona. Se convierten en Autodefensas Campesinas. Allí se continúa la lucha social, solicitando atención por parte del Estado a las regiones, y se configuran como una especie de gobierno autónomo que desoye las normas del gobierno central. Se trata de un núcleo muy pequeño, de unas 80 familias. En el Parlamento colombiano comienza a orquestarse una campaña contra esas regiones (Marquetalia, Río Chiquito, El Pato y Guayabero).

El epicentro estaba en Marquetalia, donde el camarada Manuel Marulanda estaba al frente del movimiento. Según él, la inversión que se reclamaba en aquellos momentos del Estado no alcanzaba más allá de 5 millones de pesos de la época, inversión mucho menor de la que requirió la denominada Operación Marquetalia, que lanzó el gobierno contra la zona.

El 27 de mayo de 1964 se lanza un operativo contra las familias asentadas en la zona. Se trata de un operativo de 16.000 hombres con armamento sofisticado, apoyo aéreo y asesoría norteamericana. Es una operación de aniquilamiento, de exterminio. Enfrente se hallan solamente 48 hombres armados, que tuvieron que huir montaña adentro con sus familias. Unas 150 personas, en total, más enseres y animales. Logran romper el cerco familiar y establecerse en otras regiones (especialmente, en El Pato, región próxima a San Vicente del Caguán).

Allí se reorganizan y celebran en 1966 la Segunda Conferencia, que da el nombre de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia a la organización. (Se da por supuesto que la Primera Conferencia tuvo lugar al enfrentar la Operación Marquetalia). Se dota a la organización de un reglamento del guerrillero, se elimina la estructura de mandos que existía en ese momento, copiados del ejército, y se crea una nueva estructura orgánica y de mandos. Se crea el estatuto del guerrillero y las normas internas del comando. Se plantea que la lucha ya no es sólo por la tierra, sino por el poder. Hay un salto cualitativo. Se envían comisiones a explorar otras áreas y se da posteriormente un lapso de tiempo (1966-1972) en los que se sufren grandes golpes por parte del enemigo. Los compañeros que salen de la zona se habían echado al bolsillo tanto las normas como los planes de acción, y estos llegaron a manos del ejército. Se perdió en esos años un 70% de la capacidad operativa de las FARC.

En ese lapso de tiempo se hacen 3 conferencias más, para intentar recuperarse de una situación muy complicada. En la Quinta Conferencia (1974) ya se habla de una recuperación, de que se estaba al nivel operativo de 1966. Vino una política de crecimiento, de copamiento de nuevas armas. Se envían cuadros al Magdalena Medio, al Urabá, para abrir nuevos frentes. Se reajusta el mando, se crea el Estado Mayor Central y el Secretariado Nacional (1974), se trazan nuevos planes, se revisan los estatutos y las normas. Se corrige el Programa Agrario.

En 1978 se hace la Sexta Conferencia, que revisa nuevamente estatutos y surge un nuevo escalafón: los Estados Mayores de los Frentes, con cierta autonomía para desarrollar los planes emanados de la Conferencia. Se van introduciendo nuevos elementos que surgen de la experiencia acumulada en años anteriores. Se comienza a hablar de la necesidad de cambiar el modo de operar de la guerrilla, que hasta ese momento se limitaba a asaltar pequeñas unidades del enemigo, y emboscadas a la policía. Sin dejar de lado la táctica de la guerra de guerrillas, se trata ahora de ir en busca del enemigo, asaltarlo y coparlo allá donde se encuentre. Es un cambio en la modalidad operativa. En ese momento había ya 17 frentes de las FARC.

En 1982 se hace la Séptima Conferencia. Se hace un balance de toda la actividad político-militar realizada por el movimiento y se introduce una nueva denominación a las FARC. Fuerzas armadas, ¿de quién y para qué? Se decide la denominación de FARC-EP. Ejército del Pueblo. Se debate sobre la profundización en el nuevo modo de operar, y se habla por primera vez de un Plan Estratégico a 8 años. Hay asomos de una situación revolucionaria en Colombia, con un gran movimiento de masas, mucha inconformidad y sólo falta que cuaje el factor subjetivo. También se ve la posibilidad de entablar con el gobierno alguna forma de diálogo para buscar una salida política al conflicto. Se faculta al Secretariado para que indague en la búsqueda de ese diálogo. Es así como se llega a los diálogos de 1983 con el presidente Belisario Betancourt, que desembocan en el cese al fuego, tregua y paz. Se firman unos documentos donde el gobierno se compromete a realizar algunas actividades para favorecer a los movimientos de izquierda la participación en las elecciones. Las FARC mueven las banderas de un nuevo movimiento político, la Unión Patriótica (UP) que, en una campaña relámpago de tan sólo 6 meses, logra llevar varios compañeros al Parlamento, a las Alcaldías y Consejos Municipales y a las Cámaras Departamentales, con un caudal de votos en torno a los 360.000 votantes. Eso asustó a la dirigencia politiquera del país, que desató el genocidio político contra la UP. En una década asesinaron a más de 4.000 dirigentes de la UP, bien selectivamente, bien a través de masacres. Se dio al traste con ese incipiente movimiento político. Se aniquila, de paso, la dirección del Partido Comunista que fue quien encabezó el movimiento.

En 1990, a raíz de la desmovilización del M-19 y de la mayor parte del EPL, además de otras organizaciones como el Quintín Lame o el PRT, se convoca la Asamblea Nacional Constituyente, que se vendió al pueblo colombiano como panacea para los problemas del país. El M-19 saca en torno a 700.000 votos y varios constituyentes. Pero el mismo día de las elecciones (9/XII/90) se da el ataque a los campamentos de Casa Verde, donde se encontraba el Secretariado Nacional de las FARC-EP. Fue un ataque a mansalva, ya que el gobierno había enviado una delegación gubernamental para explorar las posibilidades de diálogo con las FARC. Esa delegación regresa a Bogotá con la disponibilidad de las FARC para iniciar una nueva ronda de conversaciones y la posibilidad de participar en la Asamblea.

El gobierno siempre se negó a medidas que no conllevasen la desmovilización del movimiento insurgente. Como con el M-19 dio resultado, se aplicó la teoría de López Michelsen de golpear militarmente a los grupos guerrilleros con el fin de obligarlos a dialogar.

¿Qué potencial militar tenía acumulado el M-19 en el momento de la desmovilización?

El M-19 era un movimiento más de corte populista que revolucionario. Lograron acumular cierta fuerza, fundamentalmente en las ciudades, y dieron algunos golpes muy bien calculados, muy espectaculares. Por ejemplo, la toma de la embajada dominicana, la recuperación de las armas del Cantón Norte, un depósito de armas oficiales. Pero también dejaron a la luz su fragilidad en materia militar y de estructura: prueba de ello es que sacan 5.000 armas. El gobierno, en un sólo golpe, sacan más de las 5.000 armas que les habían recuperado, golpeando toda la estructura del M-19. Esto les obliga a desplazarse a la montaña, sitio al que habían renunciado en un principio. La mayoría de los dirigentes del M-19 provenían de las FARC: Jaime Bateman, Hernando Pizarro, Iván Marino Ospina,…y argumentaron que la guerra de liberación no había que darla desde el campo, sino en la ciudad, que era donde estaba el enemigo. No entendieron el planteamiento estratégico de las FARC en ese sentido: el enemigo está en las ciudades, pero primero hay que consolidar bases en el campo que permitan, por lo menos, en el futuro, ser utilizadas como retaguardia.

El ataque a Casa Verde (1990) cierra cualquier posibilidad de diálogo con el gobierno, que ostentaba en ese momento César Gaviria como presidente. Incluso el Ministro de Defensa en ese momento, Rafael Pardo, dijo que las FARC se acabarían en un plazo de 18 meses.

A mediados de 1991, después de una ofensiva de las FARC en todo el territorio nacional donde se demostró el poder militar y la buena coordinación del movimiento, se tomó la embajada venezolana en Colombia en una acción de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. Así se logra establecer de nuevo contacto con César Gaviria, en un municipio de Arauca. Se acuerda iniciar conversaciones, auspiciadas por el gobierno venezolano en territorio de este país. Se acuerda una agenda y se trasladan las negociaciones a Tlaxcala (México), en 1992.

Hubo dos hechos que dieron al traste con el incipiente proceso (una emboscada que acabó con la vida de un senador de la República en el Cauca y la muerte de un parlamentario, de nombre Argelino Durán, que falleció en manos del EPL). El gobierno aprovechó para levantar el diálogo en ese momento. La retención y muerte del parlamentario fueron la justificación para ello.

Se comenzó a discutir el cese al fuego, que no es viable por varias razones: el Ejército no atiende a los requerimientos del Parlamento, y además el ejército tiene un aparato paramilitar que puede desestabilizar en cualquier momento el cese al fuego. Las FARC aceptan el cese al fuego, pero ¿en qué condiciones? Se pide un municipio para cada Frente (60 de las FARC, 35 del ELN y 10 del EPL), unos 100 municipios en total. En esos municipios se podría desarrollar actividad política por parte del movimiento armado. El gobierno no aceptó, porque además la agenda era inmanejable por los planteamientos políticos, económicos y militares que se hacían. Se rompen los contactos de nuevo y se declara una guerra con fuertes enfrentamientos.

Cuando llega Ernesto Samper se vuelve a plantear el diálogo, y las FARC proponen un municipio de despeje (La Uribe). Samper acepta, pero el ejército se interpone alegando cuestiones de dignidad y soberanía nacional.

La guerra continúa, dándole golpes fuertes al ejército. En 1996, se copa una base militar de 100 hombres en Las Delicias (Putumayo), quedando prisioneros unos 60. En el Chocó se copa otro destacamento, tomando 10 prisioneros del ejército. Se comienza a plantear la utilización política de los prisioneros de guerra y se plantea para realizar el canje el despeje de un municipio (Cartagena del Chairá). Los militares se niegan argumentando otra vez razones de dignidad y soberanía, pero se acaba concediendo el despeje de ese municipio para realizar el canje. Marulanda envía una carta a Samper, exigiendo 4 municipios despejados para sentarse a dialogar de nuevo. No se conceden.

Cuando llega el proceso electoral, las FARC plantean 5 municipios para el diálogo. El gobierno solicita dialogar en medio de la guerra. Los municipios de despeje son una espacios para poder dialogar dentro de un área segura. Sirven también de lugar de encuentro para todos aquellos que quieran opinar sobre la construcción de una nueva Colombia.

Los dos candidatos (Serpa y Pastrana) aceptaron conceder el área de despeje. Pastrana fue más allá y prometió asumir el proceso personalmente, y decidió entrevistarse con el Secretariado Nacional de las FARC si resultaba elegido. Y envió un comisionado a reunirse con el Comandante en Jefe de las FARC. La foto de Marulanda con el Jefe de campaña de Pastrana hizo vencer a este último en la segunda vuelta de las elecciones. Tras ganar las elecciones, y antes de asumir la presidencia, tuvo lugar la reunión entre Pastrana y Marulanda. Ahí se dialogan las condiciones para el área de despeje. Estas fueron: despeje de los 5 municipios de fuerzas públicas (ejército y policía), fiscalía y juzgados. A cambio, las FARC se comprometen a respetar las alcaldías.

¿Quién asume entonces el orden público?

La policía cívica. Ese fue el primer acuerdo Gobierno-FARC. Se da el 5 de noviembre de 1998, en reunión entre una comisión de las FARC, encabezada por el comandante Marulanda, el Alto Comisionado para la Paz del Gobierno y en presencia de los 5 alcaldes de los municipios de despeje. La policía cívica ejercería las tareas de despeje, pero no en función de reprimir, sino de prevenir. La seguridad de los municipios del área quedaba bajo la responsabilidad de las FARC.

Se crea la policía cívica, con aval del Presidente de la República. Las FARC se coordinan con ella en materia de seguridad. Se ha respetado a las Administraciones Locales, y se coordinan también algunas actividades de ejecución necesaria. El 26 de diciembre se vino a dar el despeje real, tras dos meses con problemas, y se fija el método para negociar.

Se descubrió un plan para asesinar al comandante Marulanda el 7 de enero, durante el diálogo. Los medios de comunicación crearon la idea de que Marulanda iba a asistir al encuentro con Pastrana, pero no se garantizaban las condiciones en un acto que, además, se pretendía por parte del gobierno que fuese sólo protocolario, poco más que una foto entre los dos líderes. El 7 de enero se realiza el encuentro sin la presencia de Marulanda.

Los medios de comunicación hablan de violaciones de derechos humanos en el área de despeje…

Los que escriben eso no han venido al área de despeje, y los periodistas que vienen no tienen el suficiente poder para informar lo que aquí pasa y son los editores los que elaboran la noticia desde Bogotá. Además, vienen porque las FARC son noticia. El 7 de enero, cada minuto de televisión costaba la pendejadita de entre 15 y 20 millones de pesos,…Todo el pueblo colombiano estaba pendiente de las noticias ese día. Una de las primeras cosas que hay que hablar en el diálogo es el papel de los medios de comunicación en nuestro país. No podemos seguir hablando de paz cuando los medios de comunicación, con todo su poder, le están haciendo el juego a la guerra, a las provocaciones contra el proceso. Llevan 35 años diciendo que Marulanda es un bandido, que Marulanda es un asesino,… y eso no se borra con la salida de Marulanda una vez por televisión. Habrá que ver qué papel juega la televisión estatal en todo este proceso.

¿Ha salido alguna entrevista con Marulanda en la prensa?

Sí, ha salido, pero no en televisión. En radio y en prensa escrita. Mientras los medios de comunicación no se pongan al servicio de la paz, y el gobierno no elabore una pedagogía para la paz, va a ser todo muy difícil. Dicen que aquí la guerrilla viola los derechos humanos, que la guerrilla mata gente, que este es un santuario donde todos los bandidos del país pueden venir, porque aquí no actúa la justicia del estado colombiano,… Los habitantes de esta zona son los mejores interlocutores para contar lo que realmente está pasando. Se calcula que en San Vicente del Caguán, semanalmente, había 7 muertes violentas. En lo que va de despeje (9 meses) ha habido sólo 7 muertes violentas. Es un dato demostrativo. Antes las muertes quedaban impunes. Ahora no.

El índice de delincuencia se redujo ostensiblemente. Pero, como hay cierta dualidad de poder, ya que actúan las normas del estado colombiano, hay delincuentes reconocidos en el pueblo, pillados "in fraganti", que son detenidos por la policía y metidos a la cárcel, pero ahí comen comida de restaurante pagada por el Ayuntamiento y se están dentro sólo 4 días, que es lo máximo que permite la ley. Luego salen en libertad. Los delincuentes ganan por todos lados. Las FARC no pueden detenerlos, porque se viene la Personería a decir que estamos violando los derechos humanos.

Esta situación ha llevado a que la delincuencia que estaba a la expectativa, ante la dualidad de poder, vuelva a aflorar. Esto nos va a llevar a convocar a la comunidad a ver qué podemos hacer, poniéndonos de acuerdo. Si no hacemos nada, podemos ver que somos denunciados como cómplices de esa situación. Es un tema que nos preocupa de verdad.

Pero bueno, ¿cuál era la situación anterior, y cuál es la situación en el resto de Colombia, Bogotá incluida? Es lo mismo que pasa con los inversionistas. Que si no vienen a la zona de despeje porque están las FARC. ¿Qué pasa en el resto del país? Se habla que la zona de despeje es un laboratorio de paz. Pero es un laboratorio como el de las universidades. Si tienen el frasco, no tienen los elementos químicos,… Aquí no hay plata, igual que en el resto del país.

Aún así, aquí hemos pavimentado 56 calles del municipio (el 70% de las calles) a un costo del 30% de las licitaciones habituales y en un tiempo récord de tan sólo 6 meses. ¿Cuánta plata se hubieran robado? Aquí no se dilapidó ni un sólo centavo.

La tranquilidad en la zona es total. Sólo hay zozobra, pero por la posibilidad de que termine el despeje. ¿Qué va a pasar con los paramilitares? Nosotros respondemos de la seguridad del municipio sólo hasta el último día en el que estemos dentro del casco urbano. Luego es responsabilidad del Estado.

Ayer veíamos en televisión a Iván Ríos, comandante de las FARC, despidiéndose de la población de San Vicente,…

Bueno, él se va para La Uribe, a la instalación de las mesas de diálogo. Pero como el camarada ha venido haciendo un trabajo permanente con la comunidad y como quedaban cosas pendientes, quería informar a la población. Para no hacer lo mismo que el Alcalde de San Vicente, que se fue supuestamente porque alguien le había invitado a Londres, y ahora informa desde allá por teléfono a la gente, se tomó unas vacaciones,…

Es el reflejo del despelote que hay en el país. El ministro de Educación, con semejante lío que hay con el paro estatal, ha dejado un encargado al frente y se está paseando por Europa. El Presidente se ha ido a los EE.UU. y a Europa a dilapidar los pocos recursos que hay, a hacer turismo prácticamente. Ya no se gobierna desde el Palacio de Nariño, se gobierna desde la Casa Blanca.

¿Cuál es la relación entre las FARC y el movimiento indígena?

Es una relación basada en el mutuo respeto. Incluso en nuestros estatutos está el respeto a las creencias religiosas y a la autonomía de los pueblos indígenas. Indudablemente, esto tiene que verse dentro del contexto de un conflicto como el que vivimos. Los indígenas no son ajenos a la problemática social. Se ha pretendido vetar el paso de las FARC por territorio indígena, por los resguardos indígenas. Eso es imposible, hay rodeos que nos llevarían meses. Nosotros pasamos por territorio indígena, eso sí, respetando a la población. ¿Reclutamiento de indígenas? Primero, el reclutamiento es voluntario. Segundo, el reclutamiento de indígenas procuramos hacerlo siempre con el consentimiento de la comunidad. Ahora bien, en el momento que un indígena infrinja las normas del movimiento, se aplican estas, como se aplican a cualquier guerrillero. Hemos tenido problemas con algunas deserciones de indígenas que, en el momento de ir a aplicarles la justicia revolucionaria dicen que se aplica la justicia del cabildo, del resguardo.

En la mayoría de los casos, la relación con el movimiento indígena ha sido una relación fraterna, porque entendemos que la lucha de ellos y la nuestra es la misma. No hay contradicciones en el planteamiento. A pesar de algunas dificultades, la relación es buena.

¿Y con el narcotráfico?

Ese sí es un tema más complejo. Primero, porque nosotros lo entendemos como un grave problema social que no puede ser solucionado por la fuerza, que requiere de un tratamiento político y que requiere además ayuda de la comunidad internacional, que hace parte a su vez de ese problema. El narcotráfico no es sólo el cultivo, sino el procesamiento, la comercialización y el consumo. Mientras haya quien consuma coca, habrá quien la produzca, como cualquier otro negocio.

Uno no entiende que mientras los colombianos nos estamos matando, y estamos acabando con nuestra flora, nuestra fauna, nuestra tierra echándole glifosfatos, etc. en EE.UU. no se hace campaña fuerte contra el consumo, sino que está legalizado el consumo personal, en España se edita el diccionario del consumo de coca, en Europa no se controla el envío de componentes químicos necesarios, no se controla el contrabando de la droga. La banca internacional blanquea el dinero,…

En Colombia sólo hay un hilo de la madeja. El estar fumigando no es la solución. Con cifras incluso del Cuerpo de Elite de la Policía Antinarcóticos, que reportó durante 1998 un cultivo de 80.000 hectáreas de coca y amapola en todo el país, que destruyó 70.000 hectáreas en el año y al empezar 1999 había 120.000 hectáreas cultivadas. ¿Cómo se explica eso? Pues porque eso no es la solución.

Nosotros somos partidarios de dos opciones:

1.- Que se legalice.

2.- Que se haga a través de sustitución.

Nadie va a impedir el problema por decreto. Se debe a costes sociales, se prefiere el cultivo de la coca a morirse de hambre. Cara al futuro, son economías muy inestables, muy costosas. Se destruye el medio ambiente, se aleja la inversión, la poca presencia del Estado,… pero la gente prefiere esa producción por supervivencia. El resto de cultivos no da lo suficiente.

Se dice que a partir del despeje en esta área ha aumentado el cultivo de coca, porque la gente se siente protegida, porque las FARC no dejan fumigar. ¿Y dónde en Colombia no ha crecido el cultivo? Putumayo, Norte de Santander,… en todos lados. Hay una causa social detrás.

Uno no entiende por qué el Estado, en vez de viabilizar la inversión la obstaculiza. El 7 de enero la comunidad internacional asumió el acompañar el proceso con inversiones. Se habló de un laboratorio de paz para una nueva Colombia. Sólo un país desde entonces habló de una cantidad de 2 millones de dólares para invertir en la zona, más concretamente en la zona de San Vicente del Caguán. Se trataba de una inversión en un matadero, y el país era la República Islámica de Irán. El problema es precisamente que es Irán. Este país hizo todos los trámites burocráticos pero la cancillería no le dio los permisos. Esa inversión triplicaría la producción de ganado para alimentar la demanda iraní. Y la producción actual está entre 700.000 y 1.000.000 de cabezas de ganado, sólo en el municipio de San Vicente. Producir 3 millones de cabezas implicaría nuevas inversiones y nuevas formas de producción, pasando de la ganadería extensiva a la intensiva, además de nuevas industrias transformadoras. Sería un desarrollo impresionante,…

¿Y cuál es la relación concreta con la coca? Dos temas:

1.- El cultivo, en el cual las FARC no tienen ninguna incidencia. Es más, se ha orientado a los campesinos en esta zona que quien vaya a plantar coca no puede hacerlo en más de 5 Has. Y por cada una de coca que siembre, debe sembrar 2 de productos agrícolas. Además, no se puede tumbar monte para sembrar coca. Eso está totalmente prohibido.

Los cultivos de coca son necesarios para los campesinos porque estos no tienen alternativa posible. No les podemos decir a los campesinos que no siembren coca, porque no tenemos inversión alternativa que ofrecerles. Cometimos en una ocasión el error de prohibir a los campesinos el cultivo de la marihuana, y eso nos trajo serios problemas con ellos. ¿Y de qué comen los campesinos entonces?

2.- La comercialización. Aquí les cobramos un impuesto a los compradores, exactamente igual que a los compradores de otro tipo de productos agrícolas y a los grandes comerciantes. Ese mismo impuesto se lo cobra también el Estado. En Cartagena del Chairá, el 90% de su economía gira en torno a la coca. Y de ahí vive todo el mundo, desde el tesorero al curita que pone el cepillo. Quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra. Quien viva aquí, tiene relación con la coca. Pero ese impuesto no lo cobramos porque protejamos los cultivos, ni los laboratorios ni las pistas de donde salen los aviones. ¿Que las pistas están en el área controlada por la guerrilla? Sí, ¿y qué? ¿Vamos a destruirlas por eso?

¿Es la coca entonces la única fuente de financiación?

No, hay otras. En la reunión del comandante Reyes con representantes de EE.UU. en Costa Rica se trató este tema. Nosotros los invitamos a que vayan a las áreas de cultivo y a que vayan a hablar con los campesinos que cultivan coca, que le pregunten de quién es, si de la guerrilla o de él mismo. Y que le pregunten al raspachín porque en vez de recolectar café, o algodón, o trigo, se dedica a raspar coca. Así empezarán a entender el fenómeno del cultivo en Colombia. Y así podrán empezar a entender cuáles son las posibles soluciones. La solución no está en enviar más aviones, más glifosfato, más armas. Eso agrava aún más el conflicto. La paz en Colombia no gira en torno a la coca. La paz gira en torno a un problema social: en Colombia hay en torno a 20 millones de pobres de una población de 38 millones, y 9 millones viven en la miseria absoluta.

Aquí todo el mundo quiere la paz, pero ¿qué tipo de paz? Esto no es un conflicto sólo militar, es un conflicto básicamente social. No se trata de acabar la violencia así, sin más. Se trata de acabar con las causas que generan esa violencia. Según datos del mismo gobierno y de las ONG’s de Derechos Humano sólo el 30% de las muertes violentas en Colombia lo son directamente por causa del conflicto armado.

La campaña del "NO MÁS" a la violencia hay que ampliarla al desempleo, a la falta de educación, a la falta de salud, al paramilitarismo,…El paramilitarismo es uno de los factores que más muertes está generando. Y no fruto del enfrentamiento paramilitares-guerrilla, sino de las masacres cometidas por los hijos putativos del ejército matando campesinos inermes. A la comunidad internacional hay que sensibilizarla en torno a esto. UNICEF, la Defensoría,… se preocupan por los niños involucrados en la guerra. ¿Alguna vez se han preocupado por las 20.000 niñas menores de 8 años que se prostituyen en Bogotá? ¿Se preocupan por los niños indigentes de las grandes ciudades del país? ¿Por los niños que tienen que vender su fuerza de trabajo para ayudar a sustentar a sus familias?

Claro que hay niños en la guerra. Además, la guerrilla a veces es una especie de subcultura. Hay generaciones enteras de guerrilleros, hijos, padres, nietos en la guerrilla. Muchos se meten porque sus padres han sido asesinados, o porque la guerrilla es la única alternativa de vida, al carecer de posibilidades de estudio, de trabajo.

El gobierno norteamericano, al acabársele el pretexto la lucha contra el comunismo internacional y como a las FARC no les llegaron los ecos de la caída del Muro de Berlín, utilizan el argumento del narcotráfico como pretexto para una intervención armada. Pero como les fue tan mal en la guerra de Vietnam, no están dispuestos a meter norteamericanos en Colombia. Sí les están diciendo a los peruanos, a los argentinos, a los brasileños,…que intervengan en Colombia. Ellos ponen los muertos, y los norteamericanos la tecnología.

Los carteles de la coca financian a los paramilitares, y vosotros tenéis contactos de alguna forma con ellos. ¿No hay cierta contradicción?

Es bien complicado. Nosotros sabemos que la principal fuente de financiación del paramilitarismo es el narcotráfico. De hecho, el paramilitarismo es una orientación no de los narcotraficantes, sino del Pentágono para todos los ejércitos latinoamericanos. ¿En qué se diferencian los paramilitares colombianos de los guatemaltecos? La filosofía es la misma, los intereses que defienden son los mismos, la pedagogía y la metodología del crimen son las mismas. No son invención de los narcotraficantes, pero estos llega un momento en que se apropian de los paramilitares para la defensa de sus propios intereses.

Los nuevos terratenientes pasan a financiar los paramilitares. Los narcotraficantes compran tierra para lavar su dinero, y montan a su vez sus grupos paramilitares para que defiendan la tierra. Los militares, entre los cuales hay terratenientes y que también se lucran del dinero del narcotráfico, se comprometen a dar entrenamiento y logística a los paramilitares.

El narcotráfico llega más allá del tráfico de drogas. Hay una cultura mafiosa, de corrupción, de compra de conciencias, de evasión de impuestos y divisas. El paramilitarismo es el punto de apoyo de esas mafias. No hay en realidad relación entre las FARC y los grandes capos de la mafia: ellos son nuestros enemigos potenciales. Muchos de los crímenes contra la izquierda colombiana han sido ejecutados por los grandes capos tipo Pablo Escobar.

Mal haríamos desde las FARC con ese tipo de amistades,… ¿Que la coca que se compra aquí llega a manos de ellos? No podemos hacer nada. Establecemos incluso cierto control sobre los comerciantes, porque a través de ellos se meten los paramilitares. Pero no podemos controlar a quién venden. Y no podemos establecer un nuevo frente de guerra contra los narcotraficantes.

¿Hay infiltraciones de la guerrilla por parte del gobierno o los militares?

Todo ejército es vulnerable, y a pesar de que las normas de reclutamiento de las FARC son estrictas, siempre existe el riesgo de que los servicios de inteligencia se metan. De hecho, se han metido en varias oportunidades. Incluso a veces han llegado a ascender dentro de la escala de mandos.

Se ve gente muy joven en la guerrilla, y hemos conversado con guerrilleros que casi todos son de extracción campesina,…

La base social sigue siendo eminentemente campesina, aunque dadas las circunstancias sociales y del conflicto, cada vez llega más gente de la ciudad, con preparación. La gente del campo tiene la virtualidad de que conocemos su extracción, a su familia, su historia. Es más difícil la infiltración.

Pero la inteligencia utiliza todos los medios. Aquí mismo, en este campamento, han intentado meternos hasta niños. Cuando empezó el despeje, llegaron tres pelaos, de entre 9 y 11 años, entrenados por el ejército para envenenar comandantes. Se entregaron públicamente cuando los íbamos a descubrir.

A veces, nos da risa (ya ni siquiera rabia) cuando algunos dicen que metemos a los jóvenes obligados. A un periodista le dijimos: ¿Pero usted cree que vamos a meter chicos obligados? Si se descuida uno, le dan un tiro,…No habría garantías si metiésemos a la gente obligada.

Aquí viene la gente consciente de que esto es la guerrilla, y de que se asume un compromiso de por vida, por tiempo indefinido. Explicamos a los muchachos muy bien qué es esto, y les damos tiempo para pensárselo. Porque esto no es un paseo.

¿Qué relaciones hay con el resto de organizaciones armadas?

Un principio nuestro es el de la unidad. Para nosotros, un principio básico es que no se puede dar un triunfo revolucionario sin la unidad de todas las organizaciones revolucionarias que haya. Lo que pasa es que la unidad no se puede forzar (sería como un matrimonio a la fuerza).

Se han hecho algunos esfuerzos para, al menos, lograr la unidad militar, la unidad orgánica. Se creó la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (CGSB). El primer golpe que esta recibió fue la desmovilización del M19, de parte del EPL, del Quintín Lame, del PRT,…La Coordinadora quedó reducida a tres organizaciones (o a dos y media): el ELN, las FARC y a una parte muy pequeña del EPL.

A lo que quedó del EPL les brindamos toda la solidaridad que hemos podido. Pero los únicos que teníamos y tenemos plan estratégico somos nosotros. Todos luchamos por el poder revolucionario, pero hay unos pasos, unas metas, un programa,…que nos diferencia. Las formas de llegar nos diferencian, y hay tres tácticas y tres estrategias diferentes. Luchamos por lo mismo, pero por ejemplo, en el ELN no hay un mando único. Ellos tienen un cuerpo colegiado donde la representación se basa fundamentalmente en la fuerza que cada frente tenga.

Un Frente del ELN puede decir que no está de acuerdo con algo y no ejecutar órdenes. En las FARC eso no ocurre. Dentro de la CGSB hubo muchos problemas derivados de esto, hasta el punto de que nadie le dio la partida de defunción a esta pero en realidad se acabó. Pero nosotros creemos que en un futuro debemos volver a converger, eso sí, con un desarrollo mínimo programático. Cada quien tiene mucho que aportar en el terreno ideológico, táctico, militar. Y no sólo debe darse una unión en los movimientos guerrilleros, sino también en los movimientos sociales, cívicos, populares, sindicales, partidos de izquierda,…

Las puertas no están cerradas para la unidad, y esta es un principio nuestro que se debe dar, sin forzarla. Mientras tanto, que cada quien vaya desarrollando sus propuestas y llegará el momento en que converjamos si realmente somos revolucionarios.

Creemos que cada quien debe realizar su propia autocrítica, respetamos las posturas de cada organización y no nos gusta opinar sobre las demás organizaciones.

¿Puedes enmarcar las fuentes ideológicas de las FARC?

Nosotros somos marxistas leninistas, pero no lo vemos de manera ortodoxa. ¿Qué recogemos del marxismo? Recogemos el análisis histórico, el materialismo, para aplicarlo a la realidad colombiana. Que en la Unión Soviética funcionó de una manera u otra, eso es problema de la Unión Soviética. Aquí estamos en Colombia. Aquí hay otras realidades, estamos en otros tiempos. El marxismo debemos aplicarlo a la realidad colombiana y al momento histórico en el que vivimos. No se trata de copiar mecánicamente, o de decir que como eso lo hizo el PCUS es así, porque así lo dijeron los comunistas soviéticos. Como si los comunistas no nos equivocáramos. Nosotros pensamos que la mayor virtud, y principio, de los comunistas, es la crítica y la autocrítica, el reconocer cuando nos equivocamos. Si no, seguiríamos cometiendo los mismos errores.

Además, somos un movimiento marxista leninista bolivariano, porque creemos que el pensamiento antiimperialista de Bolívar sigue vivo. Y el pensamiento de Bolívar frente a América Latina está vigente. Uno se pone a leer las citas de Bolívar y parecen escritas para hoy, o de aquí hacia el futuro.

¿Qué piensan las FARC acerca de la figura del Che?

Al Che lo han convertido más en un mito que en una realidad. Para nosotros el Che fue un combatiente revolucionario convencido de la justicia de la lucha y por ello dio la vida. Muchos dicen que fue aventurero, que no sé qué,…Volvemos a juzgar retrospectivamente, a mirar los toros desde la barrera. Al Che para analizarlo habría que hacerlo en su momento, no ahora. Estamos ahora a 32 años de su muerte.

Valorar al Che es rescatar lo positivo del Che: el internacionalismo proletario, su firmeza comunista, el pensamiento del hombre nuevo,… Eso es seguir al Che. No se trata de seguir mecánicamente lo que escribió el Che, sino cuál fue el aporte que hizo al movimiento revolucionario. Para nosotros fue un aporte muy valioso.

Si se equivocó o no, nosotros no somos los llamados a juzgar eso. La historia dirá hasta dónde acertó el Che y hasta dónde no. Para nosotros sigue siendo un símbolo de la lucha guerrillera, un hombre que aportó mucho. Pero no lo vemos como a un dios, como al guía espiritual de las FARC. Lo vemos como lo que es, como un hombre, un luchador, un revolucionario. Como vemos a Sandino, a Martí, a Artigas y a tantos otros hombres que le han aportado a los procesos sociales, a los procesos revolucionarios en América y en todo el mundo.

No tenemos, como algunos tendrán, un libro de cabecera que es el único que consultamos, una biblia. Somos en eso muy abiertos. Creemos incluso que de gente no revolucionaria también hay muchas cosas importantes que rescatar. Aunque no hayan sido comunistas, revolucionarios. Aunque hayan sido sólo demócratas, gentes que han querido contribuir con su pensamiento al proceso democrático y de transformación y cambio en la sociedad. Aquí en Colombia hay muchos escritores no revolucionarios con estudios muy interesantes, y que nos sirven para aplicar a nuestra actividad diaria y al análisis de las FARC. No somos stalinistas en eso.

 

 

San Vicente del Caguán

Departamento de Caquetá

Zona de Despeje. Colombia

Octubre de 1999